miércoles, 17 de febrero de 2016

Sin título

Nunca nada me supo tanto a zumo de limón.

Nunca estar en mi sitio me resultó tan desagradable.
Nunca estar en familia hizo tantas llagas.
Al principio, pensé, sería cuestión de unos días negros.
Los días negros se convirtieron en semanas negras.
Pero las semanas llegaron a ser meses.
Cuando la pérdida es de tu propia sangre, no se mira con los mismos ojos.
Cuando lo que se te va es un trozo tan grande de tu vida, no existe solución.
¿Sabéis
Creía, verdaderamente, que nunca me pasaría.
Que simplemente no me llegaría a mí tal momento.
De repente, la vida va y te quita un muro de carga.
Y el edificio se derrumba por completo en efecto dominó.
Cada vez cuesta más trabajo recomponer el edificio.
Cada vez hay menos apoyos sobre los que levantar el techo.
Cada vez flaquean más las fuerzas.
Quiero pensar que, en cualquier momento, el negro pasará a ser, simplemente, oscuro.
Que poco después del oscuro, pasará al gris.
Y, una vez pasado por el gris, llegaá el color y la luz.
El problema está en que por dentro, está negro pero, por fuera, parece que hay color.
La cosa es que yo sonrío porque, en estos casos, llorar es lo más fácil.
Y a mí me gustan los retos

miércoles, 10 de febrero de 2016

Destruye las salidas

Cariño, te dije que nunca te dejaría irte de mi vida.

Te dije que nunca te dejaría escapar de mí.
Que te retendría siempre a mi lado.
Mas, te empeñas en ser escurridizo como una lágrima por una mejilla; como una estrella fugaz en la linea del horizonte.
Te empeñas en estar en búsqueda y captura. 
Sin embargo, no te das cuenta, amor.
No notas como yo ya me he cansado de ir tras tu rastro, a buscarte.
Resulta que me he cansado de tu juego de huidizo y de hacerme la encontradiza para que tú sigas encontrándote a mi lado.
Y es cierto que te dije que nunca te dejaría ir, y yo no soy de mentir. 
Por ello, rectifico y te digo ahora que si quieres tu libertad, la tienes.
Pero, también, que si quieres quemar todos mis puentes de salida y quedarte dentro para siempre puedes hacerlo.
Que si quieres, puedes hacer volar todas las salidas de mi fortaleza.
Que puedes destrozar todo lo que pudiera hacerte querer irte fuera de aquí.
Aunque también puedes irte y destrozarlo todo a tu paso.
Así que...
Hagas lo que hagas.
Dentro o fuera.
Destruye todas las salidas posibles a tu paso.
Pues si te vas, tampoco quiero que vuelvas.
Está todo preparado...
La decisión está en ti.

miércoles, 27 de enero de 2016

tratado de paz

Me sorprendí a mi misma mirando tus fotos, 
otra vez, 
mientras me preguntaba, 
una vez más, 
qué había causado esto.

Como siempre, olvidaba que ya no hay motivo.
Me paro a pensar

Y maldigo a todas las divinidades de todas las religiones y a todas las cosas en las que se creen porque no sé cuál de ellas te ha alejado de mí. 

Después reflexiono 

Y llego a la conclusión de que ninguna divinidad me habría hecho esto, tampoco a ti.

No, esto no podía ser un castigo divino.

Estas cosas suelen ser terrenales, de los peores habitantes de la tierra, sí humanos.
Los humanos somos capaces de cualquier cosa, somoa ambiciosos, competitivos, avaros...

¿Quién mejor para estropear algo que una persona?
Nadie
Pero pienso y me pregunti a mí misma:

¿A quién he hecho tanto daño como te para que lo devuelva así? 
¿Qué motivo tendría para hacer algo así? 
¿Qué ganaba esa persona?  
Y así, mil preguntas más a las que no puedo responder nada...
Pero, la verdad es que ya no llegaré a ninguna parte con esta guerra, pase lo que pase.
Se ha acabado la guerra contra mi misma. En el informe dice que hay varias zonas devastadas por la guerra.
Pero en los informes consta que se van arreglando de manera óptima. 

Queda firmada la paz, conmigo misma.

miércoles, 20 de enero de 2016

Constantly in change


Hoy vengo a hablarte de nuevo.


Me asombro al ver cómo ha pasado el tiempo por ambos.

¿Sabes?


 Ya no te veo en tus fotos, no te reconozco.


Eres otra persona, totalmente diferente a la que yo conocía.
La gracia es que miro en mis fotos y tampoco soy la de antes, para nada.
Miro las primeras fotos y, al lado de las últimas, tampoco tienen nada que ver.

Pero, claro, la explicación está en que cuando una persona está en tu entorno, no ves el cambio sino que lo vives.
Por lo que no parece cambio, sino evolución.

Esto va por fases. Es sencillo.
¿Sabes qué pasa?
Fácil, simplemente somos seres en constante cambio.

¿Qué otra cosa podemos esperar de seres hechos, en su mayor parte, de agua?


La vida, nuestras vidas, es un tren de alta velocidad en marcha.

En algunas fases quería que volvieras.

Quería la oportunidad de volver a tenerte de frente.
Quería que retrocediera el tiempo.

Quería cualquier opción que te trajese a mi lado.


Sin darme cuenta de que el tren no espera a nadie, llega a la parada y si no hay nadie sigue su camino, sin más dilación.

Y de todas las fases posibles, ya esto no tiene solución.
Esto ya está en fase terminal, está muriendo, le quedan 3 telediarios. 
Y sé que me da igual volver a tenerte de frente, porque la persona que yo quería junto a mí ya no existe.

La persona que te quería a su lado, parecía yo, pero ya tampoco existe.
Todo ha quedado reducido a simples delirios que vagan por mi mente.
Delirios que padezco cuando la tristeza se apodera de mí.


Así que, el diagnóstico es claro, señores:

Está condenado a la extinción.

miércoles, 13 de enero de 2016

Amigos ~ Familia

Hay días y días... 
Y he notado que nada es del todo bueno o malo, recientemente. 
Me he percatado de que aunque sea un día bueno, siempre va a tener su tono de amargo.
Pues, siempre hay un pero.
La situación agrava cuando encima extrañas a personas, cuando echas en falta a personas.
Y es que hay días que están hechos para ser compartidos no sólo con la familia que te ha tocado, también con la que eliges.
Son elecciones que vas llevando a cabo durante toda tu vida.
Son elecciones difíciles. Pues, un amigo, uno de verdad, no es fácil de encontrar.
Los amigos son personas a las que confías tu vida y tu alma.
Lo hacemos con la única esperanza de que quieran y sepan cuidarlas y valorarlas como suyas.
No es fácil encontrar amigos que lo hagan de verdad.
Buscas y vas topando con más gente que personas.
Buscas y sufres traiciones, deslealtades y ves como pisotean todo lo que les confiaste erróneamente.
Pero acabas encontrando a los tuyos.
A tus verdaderos amigos.
A los que no cambiarías por nada.                     
A los que quieres en todo momento a tu lado.
A los que te duelen como si fueran realmente tu sangre
Porque si algo no podemos negar es que los amigos, son familia.

La familia que elegimos.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Paso de página

“Mis párpados eran cada vez más pesados, mi visión más borrosa y mi respiración se iba ralentizando mientras me dejaba arrastrar hacia el mundo de los sueños. Cada noche ansiaba que llegara ese momento para encontrarme contigo”. Elvira Luna


Hace tiempo que sólo te tengo cerca de mí cuando Morfeo me reclama.

Morfeo, de una puñetera vez, se está portando bien.
Me he hecho la mejor amiga de la noche.

Y te sueño cada noche.
Miento, nos sueño.
Porque no te sueño a ti solo, sino a mi lado.
Vivo sin querer nada más que reunirme contigo en mi subconsciente cada noche.

Ahora odio la mañana.

Ahora, más que nunca, la alarma de despertador me resulta odiosa.
Ahora, más que nunca, me paso el día deseando que anochezca para volver a tus brazos.
Mi raciocinio no hace más que advertirme que estoy yendo en dirección contraria a mi vida. 
Me dice mi corazón que está demasiado cansado de sólo tenerte por las noches. Mientras ponen carteles de se vende en los huecos que quedaron tras de ti.
Me dice mi nariz que ya no hay nada que huela a ti por la vida.
Me dicen los ojos que cada vez les cuesta más buscarte y que están cansados de que solo quiera cerrarlos. 
En definitiva, me llevan a darme cuenta de que tengo un nudo en la garganta que ha hecho que no pueda  digerir todo esto.
Toda tu ausencia.
Pero mis manos dicen que ya van a cambiar de hoja, de una vez por todas, porque el resto aún no está escrito.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Hacia una vida nueva




Me di cuenta al despertar ese día. 

Todo el mundo conoce esa sensación de sentir que no está yendo bien la cosa, que se está equivocando... 
Sí, esa es la sensación exacta.
Cansada de intentarlo una vez tras otra, esa mañana, me dije a mi misma que se acabó. 
Miré las fotos que sostenían a esas paredes tan vacías de amor, con recuerdos semifelices, de momentos semimágicos que jamás supimos aprovechar juntos.
Esto no lo arreglaría ni el mejor de los baños mañaneros, así que me duché rápido. 
Me tomé un buen café.

Removí mis ideas con una cucharada de azúcar. 
Me peiné, y sequé mis ideas.
Me puse las gafas y empecé a verlo claro del todo. 
Me miré en el espejo y solté un gritito de espanto, no sabía quien era esa a quien reflejaba, pues no era yo.

La situación era insostenible. 

“Es definitivo, se acabó" pensé. 
Ese día decidí ponerme guapa por y para mí. 
Ese día, decidí archivar este caso.
Ese día, decidí volver a llevar mi esencia siempre conmigo.

Ese día, decidí cerrar todas las heridas abiertas y tomar rumbo hacía mí, a la verdadera yo.
Miré desde la puerta lo poco que valía la pena, el tiempo perdido dentro, respiré hondo, cerré de un portazo y bajé las escaleras.


Y así me marché de su vida para comenzar la mía, esta vez, siendo yo misma.”- Elvira Luna

miércoles, 16 de diciembre de 2015

transparente e incondicional

Tengo la mala costumbre de empezar a conocer a la gente cuando están pasandolo mal por algo.

Cuando necesitan ayuda.
Tengo la mala costumbre de tener debilidad por las personas que no están bien.
Eso es así.
Pero tiene su razón, y es que me gusta ayudar, llamadme rara.
Me siento útil y es más fácil que una persona te empiece a querer cuando estas curando sus heridas. Es más fácil llegar a ellas.

Cuando eres quien está agarrándole la mano cuando tiene miedo o cuando le estás abranzando para que tu fuerza se una con la suya, porque esta flaquea. Cuando eres el pilar en el que se sostiene porque los suyos se ha derrumbado.
No puedo permanecer inmune al sufrimiento ajeno.
No soy capaz ver a una persona llorar.

Me mata la injusticia.

Siempre digo que creo que mi misión en la tierra es ayudar a las personas.
Y es que, realmente, me veo con esa misión. 
No hay muchas personas que entiendan la palabra incondicional y transparente porque no la practican.
Yo ayudo a cambio de nada y si de paso me llevo una sonrisa, ya me considero rica.
Pero las personas no se dejan ayudar si no confían en la persona que intentan aliviarles el dolor y eso es aún más sencillo. Hay que ser transparente, no mentir, no ocultar, ser hermano de la sinceridad más absoluta.
Si mientes a un alma herida haces que no confíe en ti y que prefiera seguir con su herida antes de dejarte curarla.
Es sencillo, amigos, sed vosotros mismos sin ocultar nada, sin inventar nada y, sobre todo, sin esperar nada.

Esa es la clave para recibirlo todo.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

De casa a hogar

Llevo toda la vida soñando tener un buen futuro.
A la vez que llevo toda la vida temiendo el futuro.
Sin olvidar que llevo toda la vida amando cumplir años.

Es un poco contradictorio, pero ya deberíais saber que en mí es lo más normal.

Siempre he soñado con que, algún día, tendré una casa hecha a mi gusto.
Una casa en la que entre luz del sol en todo momento, con un jardín lleno de jazmines y una fuente.
Una casa con un despacho propio y con una biblioteca propia.
Una casa que sea de revista de decoración, pero decorada por mí.
Una casa que acabe siendo "la casa de mamá" y "la casa de abuela".
Una casa que evolucione a algo más bonito: a hogar.

Un hogar familiar.

Un hogar lleno de recuerdos, visibles e invisibles.
Un hogar en el que siempre se respire paz y tranquilidad.
Un hogar que inspire.
Un hogar en el que el amor sea siempre lo que predomine
y donde la belleza se pueda ver en todo momento.
Un hogar lleno de momentos en familia y con amigos.
Lleno de días de enfados y días de risas.
Lleno de cenas de navidad y de cenas entre amigos, que al fin y al cabo son familia.
Lleno de vida, siempre lleno de vida.

Y sólo a esa pequeña meta aspiro. 
Porque, a veces, realmente 
no se necesita nada más.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Strength Not Found

"Con tu fortaleza, no hay nada a lo que no puedas hacer frente."
"Tú puedes con eso, estoy seguro."

Y como estas frases, infinitas variantes he llegado a recibir en momentos duros.
Hasta el horóscopo me dice que soy fuerte.
Os equivocáis. Sí, os equivocáis todos
No soy fuerte.
Ojalá lo fuese.
Yo soy resistente.
Aguanto, aguanto, aguanto y sigo aguantando y una vez llego a casa, me rompo en mil trocitos.
¿Habéis visto cómo se rompen los jarrones de cristal? Se hacen añicos.
Así soy yo, frágil, como el cristal, cuando los demonios salen de sus jaulas.
Me hago pedacitos y lloro y escribo y pinto y muero.
Muero un poquito.
Y os empeñais en alavar un don que no tengo. 
Pues, no soy fuerte sino resistente.

Es decir, parece que soy fuerte pero no lo soy en absoluto. 
Y me encantaría serlo y decirle a la vida:
“Échame lo que quieras, que conmigo no puedes".

No estoy pidiendo que me cuide nadie. 
No estoy pidiendo que nadie se preocupe por mí, pues de nada sirve. 
Pido ser más fuerte.