miércoles, 12 de julio de 2017

tan tuya. tan mía. tan nuestra. P.2

Cómo te atreves a culparme de cambiarte la vida...
cómo si fuiste tú la primera en darle un giro de 180º a mi vida
hasta quitarme toda la oscuridad.

Cómo quieres que no llame inspiración a la persona que consigue sacar de mí los mejores versos
las mejores ideas,
las mejores sonrisas
los mejores momentos

Cómo te atreves a llegar con la espalda rota, pero con esa sonrisa 
tan tuya, tan mía, tan nuestra
capaz de romperme todos los esquemas.

Cómo te atreves a mirarme con esos ojitos miel y matar todos los demonios;
descodificarme el alma y
dejarme sin miedos.

Cómo te atreves a venir a dejarme sin palabras, ahora, que llevo 20 años sin callar.

Cómo te atreves a hacer sentir a un corazón que se conformaba con pasar desapercibido, que latía por obligación.

Cómo te atreves a ser tan mía, tan mía tan mía; que te llevo grabada conmigo.

Cómo te atreves a estar conmigo cuando no lo estás
o a hacer de cualquier sitio el lugar más bonito del mundo
con tu mera presencia.

Tú no pediste esto...
A mí me cogió por sorpresa...

Ahora sin ti no vivo.
Ahora sin ti no sé vivir.

Así que sigamos sintiendo
viviendo
latiendo
queriendo...
pero la una a la otra.











miércoles, 5 de julio de 2017

La diferencia


 Siempre he tenido unos gustos diferentes y unas preferencias de ocio poco comunes.

Desde pequeña sé disfrutar y valorar estar en mi propia y exclusiva compañía. De hecho, aunque me considero extremadamente sociable, siempre he marcado mi espacio y tiempo personal como algo sagrado.
Pero eso me convierte en "rara", ya que no es muy común eso de llevarse tan bien con uno mismo, tal y como yo me llevo conmigo misma. 

Siempre he disfrutado de una tarde de lluvia con una mantita y un buen libro o una buena peli;
de un atardecer en septiembre junto a la orilla del mar;
de tumbarme con cascos y oir música tras un día de estrés;
de las sonrisas sinceras que me regalan mis seres queridos;
de los detalles tan pequeños como un "te quiero" en el espejo;
de la brisa de las noches de verano;
del olor a chimenea o a tierra mojada...

Siempre me ha gustado sentarme de espalda al sol en otoño para sentir su frágil calidez treparme por las vértebras, a la vez que la brisa fresca me roza la cara.

Jamás podré explicaros lo que me inspira sentarme a leer o escribir en cualquier banco de cualquier parque mientras oigo a la naturaleza que me rodea.

No obstante, jamás me he autodenominado "rara", de hecho, no creo que lo sea. Yo me considero "diferente".
Lo raro es que el resto de gente no se permita difrutar tanto como yo de lo que realmente les gusta.

miércoles, 28 de junio de 2017

Mi ventana

Todas las mañanas, desde que no estás cerca...
todas, sin excepciones,
                                                                nada más despertar
                                                                       voy a mirar por mi ventana.

Sí, lo hago todos los días desde que te fuiste.
Te preguntarás para qué.
Hasta yo me lo pregunto, a menudo.

No obstante, no sabría dar una razón ni lógica, ni acertada.

A veces, creo que es una manera de buscarte, de sentirte más cerca.

Cuando despierto y voy a mirar por mi ventana, 
              recorriendo los mismos cinco pasos que tú, 
                                              te siento en casa de nuevo.

Y creo que cuando lo hago lo único que busco 
es conocerte más y me paso un buen rato
buscando qué es  lo que tanto te gusta
de estas vistas, tan corrientes, que hay en mi ventana.

Creo que lo único que hago al mirar por la ventana
es preguntarme por qué
te gustaba tanto pasar ratos
observando el exterior invernal del que nos refugiábamos 
mientras yo desprendía el calor de la primavera de Mayo,
suficiente, para aliviar nuestro gélido Enero...

Hay días que veo lo que hay a través de mi ventana
               y te mando una foto adjunta a tus buenos días
                    para que esboces esa sonrisa nada más despertar
como cuando me sonreías a mí cuando volvías de mirar por la ventana.

Siempre he creído en (tu/la) magia
                           y creo que, realmente,
                               lo que hacías al mirar por la ventana
                                   era comprobar que todo seguía su ritmo
                                              que podías tumbarte un poquito más a mi lado.

Sólo comprobabas que el mundo seguía en pie,
que tu magia no era necesaria fuera, pero sí dentro.
Y, por ello, volvías a mi lado          
a que te mimara, un ratito más
para tener magia para todo
lo que podía ser el día.
Aunque, quizás, sólo fantasee o te quiera más de la cuenta...
la verdad, es que no lo sé.

Sólo sé que espero impaciente a que vuelvas,
                        a que duermas de nuevo en casa
                                                y mires por mi ventana
                                                    para dejar de hacerlo yo.
















miércoles, 14 de junio de 2017

Me (mal)acostumbré

Ahora, desde que no estás cerca,
leo con la cortina echada 
y en silencio.

Me (mal)acostumbré, supongo,
a leer mirándote en mi ventana.
Me (mal)acostumbre
                     a leerte en voz alta mientras estabas a mi alrededor.                  
Me (mal)acostumbré
a leerte cuando te tumbabas y me usabas de almohada.
Me (mal)acostumbré 
a mirar como analizabas letra a letra todo lo que te leía,
sobre todo, si eras la protagonista.
Me (mal)acostumbré
a poder leerte todo lo que te escribía, cuando lo hacía.
Supongo que me (mal)acostumbré
a tenerte cerca para todo en poco tiempo.

Sólo a una loca se le ocurre acostumbrarse a ello, pero no quisiera ser una cuerda...

Las cuerdas atan, y yo,
             yo te quiero libre
                     que vueles y que
                             pudiendo estar
                                 en cualquier parte del mundo...
siempre prefieras volver a casa.

No te quiero pedir eternidades,
ningún ser humano puede darla
así que tú tampoco; 
y no te lo voy a pedir.

Sólo te quiero pedir minutos.
Y quiero que me regales minutos
de sonrisas,
de abrazos,
de mimos,
de "te quiero" con la mirada,
de cabreos (de vez en cuando, por equilibrar)...
Me (mal)acostumbré
a observar cómo lo hacías todo                    

Eso también me hace feliz, como
tu forma de comprobar que el mundo sigue en su sitio por las mañanas
tu forma de reírte a carcajadas inundando de felicidad todo
tu forma de hablar mimosa
tu forma de tomar café
tu forma de vestirte
tu mal genio
la sonrisa en tus ojos..
Definitivamente, 
me malacostumbré a ti,
es decir, a quererte a ti
y hacerlo de cerca.





















miércoles, 7 de junio de 2017

El efecto del café

"Verte tomar café es como 
ver los primeros rayos de sol
tras una noche en vela
esperando al amanecer"
Hay pocas cosas que hagan brillar tus ojitos miel de forma que me de hasta envidia...

El café es una de ellas 
y es tal el sentimiento que me provoca tu reacción cuando tomas un buen café...
que no soy capaz de privarme de verte tomarlos.

No sé si podré hacer que lo entiendas y tampoco sé si algún día seré capaz de reflejarlo como me gustaría porque hay cosas que hay que sentirlas para entenderlas; hay que verlas  para darles formas... y esta es una de ellas.

Cuando coges tu café con tus manitas y lo notas caliente...
          empiezan a despertarse tus nervios y puedo notarlo sólo mirándote los ojitos.

Luego le pones su respectiva sacarina o azúcar y
           lo mueves con mimo hasta que se disuelve en tu café.

Después con esa delicadeza de pajarito que posees,
te lo acercas a los labios y lo pruebas.

Dos opciones:
1. No te gusta y se acabó la magia.
2. Te gusta y la magia continúa con
cada trago y se te escapan todo
el tiempo valoraciones sobre lo   
bueno que está.

Y es que no puedo explicar cómo te iluminas
                                  cuando ves tu amado Starbucks y no te castigo con un:
"Ya está bien de café por hoy".

Creo que el café es parte de tu esencia, 
tanto que es lo que se encarga cada mañana de despertar tus nervios
esos a los que yo luego tengo que calmar.

Si fuera egoísta...
si no te quisiera tanto como lo hago...
te daría café siempre que lo pidieras porque es para mí un regalo
ver con la felicidad y delicadeza con la que te tomas tus cafés.

Aunque depende del café que sea...

El primer café de la mañana es el que te empieza a despertar 
y hace que se te quite la carita de recién levantada 
que tanto me gusta
El segundo café te va poniendo a tono
y tus nervios se van despertando poco a poco.

Y el tercero... es el que termina de activarte
del todo para empezar el día

Comprarte café es como regalarle a una niña pequeña sus golosinas favoritas...
es asegurarme que vas a esbozar una de esas sonrisas que me salvan los días...
es como regalarme un libro a mí...

Por ello te hice la foto bebiendo café porque, cuando lo bebes,
                            tu magia resplandece todo e iluminas aún más el mundo.

En definitiva, verte beber café es para mí un regalo.
Y puede que cualquier otra persona no lo vea
pero es que a los otros tu felicidad no 
hace la suya.
Sin embargo, a mí, tu felicidad
me hace feliz.







































miércoles, 31 de mayo de 2017

Quien te haga reír hasta dolerte

Coincidíamos en tantas cosas que estaba segura de que iba a salir todo bien.

No puede salir mal algo cuando hay un porcentaje de cosas en común tan grande....

No podía evitar estar segura porque cada vez que te miraba a los ojos algo me decía:
"Calma, aquí vas a estar bien. Tranquila."

Y es curioso porque tú eres un terremoto, 
                                                    pero me calmas.

Eres un terremoto
pero te calmo y te acurrucas en mi abrazo protector
para calmarte y refugiarte de todo.

Una vez me dijeron:
"Quédate con quien te haga reír. Cierra los ojos, piensa quién es la última persona que te ha hecho reír hasta dolerte... ¿Lo tienes? Mírale a la cara y no le dejes marchar"

Y estaba claro, sólo podías ser tú, no podía ser nadie más. 
Reír contigo es una auténtica explosión de felicidad.

Eres tú, con ese corazón (tan precioso como tu carita) 
                     con esos nervios implacables
                             con esas ganas de comerte el mundo...
                                                         eres tú quien quiero a mi lado
                                                                                      pase lo que pase
                                                                                            o sea donde sea.



miércoles, 24 de mayo de 2017

Supongo


Supongo que me hacía falta que entrara alguien como tú en mi vida.

Quiero decir, supongo que me hacía falta que llegarás.

Tú con ese aire fresco que aportaste a mis ideas.


Tú con esa luz que trajiste a mi vida 


para ayudarme a ver bien mi camino.

Tú que viniste a darme tu mano para 
sacarme de mi oscuridad.

Tú que te has instalado en mi corazón 

                                 de forma irremediable.

Tú viniste a hacerme fácil lo difícil; 

                    a quererme y que te quiera; 
                               a protegerme, incluso de mí; 
                                                                             a quedarte.

Tú mereces todos los poemas, 

                                             cartas 
                                               y sorpresas 
que me pueda imaginar.

Supongo que me hacías falta y,
por ello, llegaste.

sábado, 20 de mayo de 2017

Ese día de Mayo

2O de Mayo

El 2O de Mayo, no es por nada, pero tiene una luz diferente...
Tiene toda la belleza de la primavera en su esplendor
y la calidez y el color más bonito del año.
El 2O de Mayo es un día especial, de celebración,
aunque no celebres que naciste como yo o qué nació alguien importante.

Para mí​, los 2O de Mayo son mágicos y felices, aunque siempre diferentes.

Es un día para darme cuenta de quién sigue ahí,
                                                              quién se ha ido hace tiempo
                                                                                      y quiénes han llegado.
Este 2O de Mayo tan precioso no hay muchas bajas importantes
y hay alguna que otra alta nueva que viene pisando fuerte.

Con el paso de los años, cada vez es más gente y menos personas...
Pero cada vez quieres más y estás más unido a las personas.
Es mejor calidad que cantidad.

Y estoy feliz de decir que yo tengo a mi lado de lo bueno lo mejor,
que me hacen feliz y 
                                          no esperan al 20 de Mayo para hacerlo, 
                                                                                                 lo hacen a diario...
Y eso...
Eso no tiene precio

miércoles, 17 de mayo de 2017

Elegí ser suicida

Yo elegí ser suicida en el momento 
en el que me quise meter por primera vez en tu mirada.

Elegí serlo cuando me abriste la puerta al abismo de tus miedos y decidí pasar. 



Qué idiota, un abismo 
siempre es un abismo.

Aún así quise tirarme de cabeza por ti, arreglarte. 
Quise hacer un puente hacía mí para que dejaras de caerte una y otra vez ahí, 
para evitarte más daño autoinfringido, 

para evitar que te siguiera doliendo.

Después, no contenta con ello, quise meterme más al fondo, 
coger tu corazoncito hecho pedazos, 
hacer el rompecabezas sin instrucciones 
y una vez unidas las piezas remendarlo con amor y comprensión, 

pues, a fuego lento se cocina mejor.

Elegí ser suicida, me hice amiga de tus demonios para disiparlos con más facilidad.


Elegí ser suicida, 
me olvidé de protegerme
 mientras te protegía 
y lo hice por ti.

Siempre lo hice todo por ti.

Pero ahora creo que eso no lo justifica.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Un Pollito con caparazón-escudo

Yo conocí a un Pollito que se había hecho un caparazón-escudo.

Con su apariencia frágil y tierna, 
solito se hizo una defensa 
a prueba de traiciones y mentiras.

Es el Pollito más lindo que he visto jamás 
y, tal vez, 
el más duro.

Quizás eso fue por lo que me marcó tan fuerte con su pequeña huella.
Quizás es por todo lo nuevo y diferente que me aporta, 
o por su manera tan bonita de comprenderme.
Quizás tenga razón cuando dice que nos necesitábamos y 
que fue por eso por lo que la vida nos unió.

El Pollito y yo nos parecemos muchísimo, 
pero a la vez somos muy diferentes, 
lo que hace magnífico cualquier momento que pasamos.

Mi Pollito es un regalo, 
mi pequeño gran regalo, 
porque sabe de magia y de poesía.

Mi pollito es una especie en extinción, 
pero no os preocupéis,             
que ya me encargo yo             
de cuidarlo y quererlo como merece.

Yo conocí a un Pollito que tenía un caparazón escudo, 
aprendí a quererlo,                      
me hice un hueco en su vida   
y lo resguarde en mi corazón.

Ahora es un Pollito dentro de un corazón protector 
                                                   con un caparazón-escudo.