Hoy, años después del cataclismo que interrumpió
que tu camino siguiera ligado al mío.
Hoy, sigues doliendo.
Siempre tuviste la molesta habilidad de escapar ante las dificultades
No dejé (ni dejo) de buscarte
en otras personas,
en otros lugares,
en películas,
en perfumes,
en la lluvia....
Sin embargo, tu te diste por vencido en el momento del impacto
y tiraste en dirección contraria
... sigues comunicando...
A veces he llegado a olvidarme de mí tanto
que me he olvidado hasta de quien era,
mientras seguía tus huellas.
Te he necesitado tanto.
Me has dolido (y me dueles) tanto que creía que me moría
Aún así, mírame, aquí sigo, tratando de encontrarte,
mirando al cielo cuando se pone del color de tus ojos
y
oyendo la risa del viento imitar la tuya
Dicen que el que se va y no vuelve,
no merece la pena
pero... ¿y si se equivocan?
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