miércoles, 30 de noviembre de 2016

La lucha sin fin

No lo consigue
Mi subconsciente  no es capaz de olvidarse de ti.
No lo consigue.
(Mejor dicho, no lo consigo)
Por más tiempo que pasa no hay forma.

Aparentemente, ya no hay nada.
Aparentemente, ya me olvidé, pero no es verdad.

Más de una noche me despierto con una angustia que me presiona hasta ahogarme.
Más de una noche sueño con finales alternativos.
Más de una noche despierto rompiendo en llanto repitiendo el final real.
Más de una noche sueño que nuestra vida sigue enlazada.

Y ya no se me ocurren más métodos.
Ya no sé que más hacer.
De hecho, sólo sé que no quiero nada
que tampoco te quiero a ti.


Quiero paz.

Así que,         
             por favor,     
devuélvemela

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Pisaste fuerte

Durante un tiempo creí que alejándome de las cosas que se relacionaban contigo acabaría mi agonía.

Sí, pensé que dejando de oír nuestras canciones se acortaría el proceso.
Creí que si no miraba nuestras fotos todo se esfumaría de mi mente poco a poco.
Llegué a pensar incluso que si dejaba de ir a los sitios que me recordaban a ti te olvidaría antes.
Fui tan tonta como para creerme que si dejaba de hacer, ver y oír las cosas tal y como lo haciamos juntos, todo sería más fácil.

Hasta eso hice mal.

Creía que así, quitándome de todo eso, sería de nuevo yo misma.
No me daba cuenta que para ser yo misma necesitaba las costumbres que tú habías introducido en mis hábitos.
Esas canciones que oía como ejercicio de buena energía cada mañana.
Esos lugares donde contigo o sin ti encuentro paz e inspiración para seguir hacia adelante.
Esas fotos que no son más que el reflejo de que no fue una ilusión de mi mente.

Todo el mundo deja su huella en la vida de los demás.

Pero es que en mi vida, pisaste fuerte, 
y la huella, de vez en cuando, duele.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Las Claves

Hay días en los que no tenemos claro nada, 
que nos planteamos la vida y nos cuestionamos todo.

Sólo se necesita la respuesta a 3 preguntas para encontrarte cuando no sabes ni quién eres:

  1. ¿Dónde vas cuando estas triste?
  2. ¿Con qué personas compartes absolutamente todo lo que pasa por tu mente?
  3. ¿Cuál es tu mayor sueño?

Te aseguro que ahí tienes la base para reencontrarte. 
Piensa bien antes de responderte y 
respóndete con sinceridad pues engañarse a uno mismo sólo provoca dolor.

Debes buscar en tu mente, en tu vida una razón de ser y de actuar.

Debes buscar el motor que hace que te levantes de la cama cada día.

Pero una vez hecho eso lo más importante es que te des cuenta de que tu vida gira en torno a ti 
que te ames.

Amor (propio)
Amistad (verdadera) 
Confianza (en ti mismo)

Yo te he dado las claves para encontrarte y amarte a ti mismo.

Sólo falta que le eches corage y consigas tomar las riendas de tu vida
¿Te atreves?

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Esta vez gané yo

Te habría seguido a cualquier lado.

Te habría dado las razones que necesitabas para seguir junto a mí.
Me habría tragado mi orgullo dos cientas veces más. 

Te juro que hubiera sido así. 

Y, aunque no me creas,
     puede que yo sea la única persona que jamás te ha mentido.             
          
Podría poner la mano en el fuego por el amor y la lealtad que te tuve un día y no me quemaría.

Fuiste tan idiota que rechazaste tanto por nada. 
Y, por tu culpa, yo perdí pero también gané.

Gané en mí misma. 

Sí, gane yo, lo creas o no. 
Yo gané por todo lo que he ido aprendiendo.

Aprendí a lamerme mis heridas y a recomponerme. 
Ahora sé no confiar en cualquiera.

Me enseñaste que no debo esperar nada de nadie, porque esperando me puedo morir. 
También aprendí que no hay que poner la mano en el fuego por nadie.

¿Sabes por qué?

Porque quien juega con fuego, se quema.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La diferencia

 Siempre he tenido unos gustos diferentes y 
unas preferencias de ocio poco comunes.

Desde pequeña sé disfrutar y valorar estar en mi propia y exclusiva compañía. 
De hecho, aunque me considero extremadamente sociable, siempre he marcado mi espacio y tiempo personal como algo sagrado.
Pero eso me convierte en "rara", ya que no es muy común eso de llevarse tan bien con uno mismo, tal y como yo me llevo conmigo misma. 

Siempre he disfrutado de una tarde de lluvia con una mantita y un buen libro o una buena peli;

de un atardecer en septiembre junto a la orilla del mar;

de tumbarme con cascos y oir música tras un día de estrés;

de las sonrisas sinceras que me regalan mis seres queridos;

de los detalles tan pequeños como un "te quiero" en el espejo;

de la brisa de las noches de verano;

del olor a chimenea o a tierra mojada...

Siempre me ha gustado sentarme de espalda al sol en otoño para sentir su frágil calidez treparme por las vértebras, a la vez que la brisa fresca me roza la cara.

Jamás podré explicaros lo que me inspira sentarme a leer o escribir en cualquier banco de cualquier parque mientras oigo a la naturaleza que me rodea.

No obstante, jamás me he autodenominado "rara", de hecho, no creo que lo sea. Yo me considero "diferente".

Lo raro es que el resto de gente 
no se permita difrutar tanto 
como yo de lo que realmente les gusta.