Recomponme con tu sonrisa,
acúname en ella
y tápame al cerrar tus párpados...
Deja que tu corazón me cante una nana
mientras
tu pecho hace de almohada.
Vela mi sueño desde tus sueños,
tómame de
la mano
y pide
permiso a Morfeo
para soñar
con volar conmigo, a casa.
Déjame adherirme a ti
tanto que
llegue a formar parte de tu anatomía
para así
no tener que separarnos jamás.
Cúrame las heridas
y
asegúrate de que cicatrizan bien
dejando un
poquito de ti siempre dentro,
para que
no vuelvan a doler.
Usa tu inagotable energía
y recoge
y ordena
mis trastos emocionales,
en lo que yo busco el método adecuado
para calmar tus
nervios,
incluso
cuando no estés a mi lado.
Búscame siempre,
aunque me
tengas a tu lado,
para no
perderte nunca.
Déjame deshacerme de tus miedos,
como tú te deshiciste de los míos.
Déjate querer y quiéreme.
Pues ese, es el verdadero secreto.
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