Todo el mundo, alguna
que otra vez, se ha sentido indefenso.
Tú también te habrás sentido mal,
impotente incluso, al no poder hacer nada ante cierta situación.
La sensación de estar indefenso es
horrible.
Te sientes cual ñu al ver un león
acercarse a una velocidad asombrosa, tratando de huir para evitar ser cazado,
aun sabiendo que no va a poder evitar que le devore.
Creo que es un buen símil ese.
La situación no tiene por qué ser
física, de hecho, hay más veces en las que te sientes acorralado psicológica o
moralmente que en las que te sientes indefenso físicamente.
Ante esto, ante este sentimiento, hay
que buscar una solución.
Si te sientes indefenso significa que no
confías en ti tanto como para creer que vas a salir de ese embrollo.
Fácil.
Soluciónalo.
¿Crees que es tan difícil?
Huir es más difícil, y
créeme, sólo con amor propio se soluciona.
Créeme si te digo que el único truco
para vencer esa sensación es mostrar confianza, olvidar la debilidad, echar
valor a todo y música, mucha música, para que te abra la mente, y para que las
notas musicales te suban la alegría desde los pies hasta la cabeza, para que
invadan tus pensamientos y los haga más positivos.
Esta vez, la verdadera solución no la puedo dar yo, lo siento.
Cada uno sabe cómo curarse los
resquicios que quedan tras la guerra o, al menos, debe saber hacerlo.
Cada uno debe aprender a conocerse tanto
a sí mismo para saber cómo afrontar esta sensación, para darse fuerza uno
mismo.
Pero, si me permites, te puedo dar un
consejo...
Quiérete, a ti mismo, sobre todas las
cosas, más que a nadie en el mundo,
sólo así serás lo suficientemente fuerte
como para lograr salir de todo.
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