miércoles, 15 de julio de 2015

Y entonces, me cansé

Ya me cansé.

Me cansé de esperarte.
En realidad no me cansé yo.
Se cansó mi amor propio.
Se cansó mi corazón.
Se cansó mi vida.
Sí, mi vida se cansó de ir a pasos de tortuga esperando que tú volvieras a alcanzarla.
Mi vida se enfadó contigo. 
Sí, se enfadó al verte correr en sentido contrario a ella mientras ella te buscaba.
Yo también me he cansado de esperarte en el banco del parque en el que siempre te encontraba. 
Me he cansado de preguntarme qué hacía que estuvieras lejos de mí, sin encontrar respuesta lógica.
Ya que no tiene lógica que no quisieras seguir a mi lado.
Me cansé de ver tus fotos y de recordar nuestros recuerdos comunes para hacerme daño a mi misma.
A nadie le gusta sufrir gratuitamente. 
Yo no iba a ser menos.
En general, me cansé de ti; de tus juegos de huidizo y de todo lo relacionado contigo.

Pero sólo porque recordé que con lo que no está, no se cuenta.

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