miércoles, 27 de enero de 2016

tratado de paz

Me sorprendí a mi misma mirando tus fotos, 
otra vez, 
mientras me preguntaba, 
una vez más, 
qué había causado esto.

Como siempre, olvidaba que ya no hay motivo.
Me paro a pensar

Y maldigo a todas las divinidades de todas las religiones y a todas las cosas en las que se creen porque no sé cuál de ellas te ha alejado de mí. 

Después reflexiono 

Y llego a la conclusión de que ninguna divinidad me habría hecho esto, tampoco a ti.

No, esto no podía ser un castigo divino.

Estas cosas suelen ser terrenales, de los peores habitantes de la tierra, sí humanos.
Los humanos somos capaces de cualquier cosa, somoa ambiciosos, competitivos, avaros...

¿Quién mejor para estropear algo que una persona?
Nadie
Pero pienso y me pregunti a mí misma:

¿A quién he hecho tanto daño como te para que lo devuelva así? 
¿Qué motivo tendría para hacer algo así? 
¿Qué ganaba esa persona?  
Y así, mil preguntas más a las que no puedo responder nada...
Pero, la verdad es que ya no llegaré a ninguna parte con esta guerra, pase lo que pase.
Se ha acabado la guerra contra mi misma. En el informe dice que hay varias zonas devastadas por la guerra.
Pero en los informes consta que se van arreglando de manera óptima. 

Queda firmada la paz, conmigo misma.

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