Cariño, te dije que nunca te dejaría irte de mi vida.
Te dije que nunca te dejaría escapar de mí.
Que te retendría siempre a mi lado.
Mas, te empeñas en ser escurridizo como una lágrima por una mejilla; como una estrella fugaz en la linea del horizonte.
Te empeñas en estar en búsqueda y captura.
Sin embargo, no te das cuenta, amor.
No notas como yo ya me he cansado de ir tras tu rastro, a buscarte.
Resulta que me he cansado de tu juego de huidizo y de hacerme la encontradiza para que tú sigas encontrándote a mi lado.
Y es cierto que te dije que nunca te dejaría ir, y yo no soy de mentir.
Por ello, rectifico y te digo ahora que si quieres tu libertad, la tienes.
Mas, te empeñas en ser escurridizo como una lágrima por una mejilla; como una estrella fugaz en la linea del horizonte.
Te empeñas en estar en búsqueda y captura.
Sin embargo, no te das cuenta, amor.
No notas como yo ya me he cansado de ir tras tu rastro, a buscarte.
Resulta que me he cansado de tu juego de huidizo y de hacerme la encontradiza para que tú sigas encontrándote a mi lado.
Y es cierto que te dije que nunca te dejaría ir, y yo no soy de mentir.
Por ello, rectifico y te digo ahora que si quieres tu libertad, la tienes.
Pero, también, que si quieres quemar todos mis puentes de salida y quedarte dentro para siempre puedes hacerlo.
Que si quieres, puedes hacer volar todas las salidas de mi fortaleza.
Que puedes destrozar todo lo que pudiera hacerte querer irte fuera de aquí.
Aunque también puedes irte y destrozarlo todo a tu paso.
Así que...
Hagas lo que hagas.
Dentro o fuera.
Destruye todas las salidas posibles a tu paso.
Pues si te vas, tampoco quiero que vuelvas.
Está todo preparado...
La decisión está en ti.
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