otras de palos,
otras de veneno,
otras de algodón...
puede que fuera de piel,
sólo sé que ahora estoy hecha de cicatrices.
Cicatrices autoprovocadas y cicratrices que me han dejado los vaivenes de la vida.
Cicatrices, todas mías.
algunas mal curadas y otras reabiertas en más de una ocasión
otras aún en carne viva.
Al fin y al cabo todas me construyen,
mejores o peores me hacen quien soy.
Y no, no se trata de cambiarlas ni quitarlas,
sino de quererse como uno es
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