Ya me he cansado de caminar sin rumbo tratando de encontrarte.
Estoy agotada de llamar a cada puerta y
de mirar en todas las avenidas y los parques.
Me he cansado de pedirle deseos
con moneda a las fuentes mágicas.
He decidido que así no,
que estaba haciéndolo todo mal.
no quieres que te siga,
no quieres que te busque,
por eso no dejaste ni una sola huella.
así que volví al punto donde nos vimos por última vez
y me quedé ahí,
sentada.
No lo hiciste.
Y yo me cansé
y cerré la puerta
pero me ahogaba,
así que abrí la ventana.
Y ahí empezó mi suerte.
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