miércoles, 29 de noviembre de 2017

Sin color

Qué bonito era ser tuya y de ti.

Qué bonito era tenerte en la cabeza 28 horas al día 
y saberme en la tuya un par de horas más.

Qué bonito era sentirte hasta cuando no podía tocarte.

Qué bonitos los besos, 
las caricias, 
los abrazos, las miradas...
Qué bonito era...


Y qué feo es ahora...

Qué feo ser tuya cuando 
ya tú no me quieres tener.
Qué feos ahora los sentimientos.
Qué feos ahora los días sin ti.


Qué fea la vida ahora que se ha quedado sin color.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Y yo me cansé

Ya me he cansado de caminar sin rumbo tratando de encontrarte.

Estoy agotada de llamar a cada puerta 
de mirar en todas las avenidas y los parques.

Me he cansado de pedirle deseos 
con moneda a las fuentes mágicas.

He decidido que así no, 
que estaba haciéndolo todo mal.

Ya he descifrado tu mensaje: 
          no quieres que te siga, 
no quieres que te busque, 
por eso no dejaste ni una sola huella.

Al principio, recuerdo que hice como un niño pequeño que se pierde,
así que volví al punto donde nos vimos por última vez 
y me quedé ahí, 
sentada.

Y sentada esperé a que regresaras ahí.

No lo hiciste.
Y yo me cansé

Y yo me cansé de esperarte pero no de sentir 
y cerré la puerta 
pero me ahogaba, 
así que abrí la ventana.

Y ahí empezó mi suerte.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Espinas, veneno, algodón o cicatrices

Algunas personas están hechas de espinas, 
otras de palos, 
                                       otras de veneno, 
otras de algodón...

Yo no recuerdo como era al principio 
puede que fuera de piel,
 sólo sé que ahora estoy hecha de cicatrices.

Cicatrices feas, bonitas, que duelen y que producen melancolía.


Cicatrices autoprovocadas y cicratrices que me han dejado los vaivenes de la vida.

Cicatrices, todas mías.

Algunas selladas por el tiempo, 
algunas mal curadas y otras reabiertas en más de una ocasión
otras aún en carne viva.

Al fin y al cabo todas me construyen, 
mejores o peores me hacen quien soy.

Y no, no se trata de cambiarlas ni quitarlas,
sino de quererse como uno es

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Ojalá

Ojalá volvieras a mí

como la lluvia de otoño

tan imprevisible como esperada...

Ojalá volvieras a mí.