miércoles, 29 de julio de 2015

Cuando llegue el día

Llegará el día en que vuelva a encontrarme contigo. 

Lo sé, el destino es caprichoso y, tarde o temprano, volverá a cruzarnos.
Pero... ¿qué pasará ese día? 
¿qué harás? O ¿qué haré yo? ... 
Mejor dicho: ¿qué haremos?

Yo me conozco y sé que en el momento en que te vea me paralizaré sin saber cómo reaccionar. Me convertiré en una piedra y no podré moverme en absoluto. Posiblemente, si no estoy sola, haré como si nada y seguiré hablando o lo que sea.
Pero... ¿y tú? 
No sé qué harías tú. Creo que tú harías como si yo no estuviese y pasarías de largo. Es posible también que me mires y que al verme tan agusto, tan curada, te escueza.
Puede que optes por hacer como si nada y saludarme, matándome por dentro. Pero ese no es tu estilo.Eres más de hacer daño lento y doloroso. 
Así que puede que optes por pasar cerca de mi, para que tu olor me invada y comprobar mi reacción, pero ya eso no funciona, y también te escocerá.
Por lo que he de decirte algo.
Aunque algún día vuelva a cruzarnos, fugazmente, el destino, ya no pintas nada en mi vida, por eso será fugaz.
Mi vida ya recompuesta ha rellenado los huecos que dejaste y ha sanado todas las heridas que quedaron tras tu marcha. Quédate con tu nueva vida, pues no cambiaré nada para que tu vuelvas a entrar.
Y yo haré lo mismo, quedarme con mi nueva vida y, 
tranquilo, que nadie muere por nadie. 
Y tú y yo no seremos los primeros en hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu granito de arena