miércoles, 25 de mayo de 2016

Brisa de verano

No hay sensación más agradable que dormir.
Pero dormir en verano.
Dormir con la ventana abierta para que entre la brisa más aterciopelada del año.
Dormir, mientras el aire, te acaricia la espalda; te refresca el rostro y te hace cosquillitas en los brazos.
El aire te canta una nana bajito o te recita el más precioso de los sonetos de Neruda mientras viajas hacia Morfeo.
La brisa te recrea en el atardecer de verano en el que aprovechas el último ratito de luz para leer acompañada del canto del mar.

La noche de verano es éxtasis para los sentidos.

Durante unas horas, 
nos eleva al Olimpo,
 nos hace dioses griegos 
y nos complace con 
ambrosía y arte clásico.

Durante unas horas, 
nos devuelve a forma 
de bebé mientras nuestra 
madre nos mece en sus brazos.

Durante unas horas, 
nos volvemos brisa y  
viajamos por el mundo 
en búsqueda de nuestro 
amor para acariciarle
 y refrescarle en la 
noche de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu granito de arena