miércoles, 6 de julio de 2016

Preparativos antes de partir

La ida es un hecho ya irremediable

Aún no consigo asimilar la idea de que en unos escasos meses voy a emprender la que será una de las mayores aventuras de mi vida.

No paro de pensar que me dejo una familia en mi preciosa Triana. 
Me da pánico saber que mis pupilas volverán a estar alejadas durante todo un curso. 
Se me quedará lejos también una ratoncilla poeta que va de un lado a otro arrasando mientras escribe. 
Me dejo mis sonrisas diarias de clase con la pena más grande del mundo. Tampoco me voy a poder llevar a un productor musical y cinematográfico que es un torbellino constante de creatividad y risas. 
Se me va media vida a otras partes del mundo a vivir la misma aventura.
Me cuesta pensar que será de mí sin mis hermanas. No me quiero imaginar cómo voy a hacer para que no notar tanto allí
 la ausencia de mis madres.
Y, sobre todo, me da pena dejarme otras muchas personas que quiero como a mi vida.


Sin embargo, lo que más miedo me provoca.
Lo que más temo es que, de repente, cuando vuelva, no me queden algunas o muchas de las personas que dejé. Me da miedo volver y no reconocer nada, porque todo ha cambiado.

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