miércoles, 10 de enero de 2018

Nieve melancólica


Nieva y siento que el mundo me quiere recordar 

que esta ciudad es tan nuestra como la luna.

Está nevando como aquel día de enero 
en el que decidimos que la vida era más bonita 
si la mirábamos desde mi ventana.

La nieve se va posando en mí, tan delicada y fría como tus manitas;
tan blanca como la luz que tú has puesto a mi vida 


dándome una tregua de mí misma.

Qué bonita y triste la nieve de aquí, 

cuando no estoy en casa (es decir, contigo).

Añoro aquel enero blanco en casa en el que el frío te hizo quedarte en mi calor;
en el que mi calor te hizo sentir en casa;

en el que tú, con tu lector de miradas y tú confianza 

te instalaste en mi corazón y 

te anclaste tan fuerte en mí

que ahora ya no hay vida 

si no estás.

Añoro aquel enero cómplice en el que se acabaron los secretos y las penas 

por qué tú te instalaste en mí para siempre haciéndome creer de nuevo.

Enero y nieve confidentes de lo que la vida unió al enlazar nuestros caminos.

Tú y yo



Tal para cuál



Imperfectas perfectamente complementadas
Frío y calor

Silencios y miradas


Guerra y paz


Iguales y opuestas


Locura y cordura


Abrazos y besos


Risas y lágrimas contenidas...



Tú y yo 
Simplemente eso, 

en plena esencia, 
aquel enero blanco.

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