miércoles, 14 de noviembre de 2018

Reflexión 9

Lo que no te mata

te deja malherido.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

miércoles, 31 de octubre de 2018

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Reflexión 6

He de confesarte que


desde que te fuiste 

muero un poco más de lo normal a diario.

miércoles, 29 de agosto de 2018

miércoles, 22 de agosto de 2018

Verdades universales

¿Cómo te atreves a usar mis palabras con otra?

¿Cómo puedes ser tan ruin como para dedicarles versos míos, de mi propia tinta?

¿Cómo haces para mirarte al espejo y no ser consciente del monstruo en el que te has convertido?

¿Cómo eres capaz de vivir con la conciencia tranquila usando las palabras que me dedicaste a mí en su día con otra?



Yo de verdad creí que tú eras una de esas verdades universales
que lo que teníamos era tan real como el mar
que tu corazón y el mío se pertenecían el uno al otro ...


Pero resulta que no
que mientes como cualquier otro
que hechizas con tus sonrisas y haces daño a quien te apetezca.


Resulta que nunca me quisiste mientras yo te entregué toda mi alma.
Resulta que mientras a ti no te importa, a mí no hay un día en que no me duela.


Resulta que eso es la única verdad universal de esta historia.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Reflexión 5

Puede que cuando llegues sea tarde.


Puede que cuando vengas a salvarme, 
yo ya no esté esperándote.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Superar

Dicen que uno no supera algo hasta que no lo llora.

Yo llevo años diciéndome que estaba superado, que ya estaba bien...
pero no es verdad no te lloré ni la mitad de lo que merecías.

La consecuencia es que te lloro en cualquier momento de soledad, 
que aprovecho cualquier recuerdo para seguir llorando... 
y, joder, me he estado destrozando por dentro yo sola.

Me dicen que tengo que hablar de ti y llorarte, sin miedo, delante de las personas y no soy capaz. 

Me da realmente pánico ponerme a hablar de ti y no controlarme y llorar, como si fuera malo llorar de dolor, como si fuera menos buena por experimentar dolor.

Maldito orgullo el mío que no me permite llorarte como me merezco y que me condena a un desgaste emocional tal, que a veces creo que voy a perder la cordura.

Perdóname por ser una cobarde y no ser capaz de llorarte, de llorar como tendría que haberlo hecho desde un principio.

Perdóname por ser tan tonta que no me permito dejar de sufrir tu pérdida, porque creo que es una pérdida tan dolorosa que nunca va a dejarme de doler.

Sobre todo perdona que te haya fallado. 
Te prometí que me cuidaría por encima de todo, y es lo que menos he hecho. 

No obstante, todo esto va a cambiar, voy a superarlo de verdad y voy a cumplir con lo que te prometí, abuelo.