Yo conocí a un Pollito que se había hecho un caparazón-escudo.
Con su apariencia frágil y tierna,
solito se hizo una defensa 
a prueba de traiciones y mentiras.
Es el Pollito más lindo que he visto jamás 
y, tal vez, 
el más duro.
Quizás es por todo lo nuevo y diferente que me aporta,
o por su manera tan bonita de comprenderme.
Quizás tenga razón cuando dice que nos necesitábamos y 
que fue por eso por lo que la vida nos unió.
pero a la vez somos muy diferentes, 
lo que hace magnífico cualquier momento que pasamos.
Mi Pollito es un regalo, 
mi pequeño gran regalo, 
porque sabe de magia y de poesía.
Mi pollito es una especie en extinción, 
pero no os preocupéis,             
que ya me encargo yo             
de cuidarlo y quererlo como merece.
Yo conocí a un Pollito que tenía un caparazón escudo, 
aprendí a quererlo,                      
me hice un hueco en su vida   
y lo resguarde en mi corazón.
Ahora es un Pollito dentro de un corazón protector 
                                                   con un caparazón-escudo.
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