miércoles, 14 de febrero de 2018

No soy cuerda



Fui tonta.
Fui una completa tonta.

Te quería tanto que no quería atarte, una vez que conseguí arreglar tus alas.


Era tan bonito verte surcar el cielo...


Era tan bonito volar a tu lado que desde que ya no vuelo contigo,

 no quiero ni mirar el cielo.

Qué tonta fui, nunca quise atarte, 

prefería verte libre y que me buscaras tú 

y buscarte yo y ver cómo se encendían tus ojos cuando iba a por ti.

Nunca quise atarte y ese fue mi peor error.

Luego llegó ella y lo tuvo muy fácil. 

Yo ya le había hecho el trabajo difícil.

Ella volaba contigo, te buscaba continuamente, más que yo incluso. 

Entonces te fuiste con ella, 


ella que era más cuerda y te supo atar.

Yo, simplemente, acepté mi derrota y mi fatal error y te dejé ir.

Quizás ese también fue un gran error.

Desde entonces no llega a mi casa la primavera, 
no para de llover en mis ojos 
y sólo sé maldecirme a mí misma por pensar que no te irías, 
que serías diferente a los otros, 

que tú no querías que te atara...

que libre disfrutabas más y eras más feliz
que libre me preferías a mí antes que a cualquiera
que fui tan idiota que permití que otra 


se llevara el dueño de mi corazón.

Ahora maldigo mi locura que me impidió atarte 

y me hizo amarte más que al propio sol.

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