miércoles, 2 de septiembre de 2015

Sin (tu) rastro


Te fuiste sin dejar ni un rastro.

Me quedé desorientada.
Normal, estaba acostumbrada a encontrarte siempre en el mismo sitio.
Y cuándo no estabas allí, me dejabas un rastro de miguitas de pan, que yo seguía, hasta llegar de nuevo hasta ti.

Pero te busqué y no estabas.

No estaban las miguitas tampoco.
No había nada para volver a encontrarme contigo.
Esta vez te marchaste para siempre.

Pensé que me ponías a prueba. 

Pensaba que querías que te buscara. 
Y eso hice.
Te busqué por todos lados.
Pero te habías ido de todos los sitios. 


De todos los sitios menos de mí
No te fuiste de mi mente, de mi corazón... 
Pero sí te fuiste de mi vida.
Desde entonces te busco. 
Te busco por todos los lados.

Busco posibles rastros o pistas que me hayas dejado. 
Pero no hay.
No hay nada que me de una pista sobre ti, sobre tu huida, sobre tu vida.
Yo no creía en el horóscopo.
Pero recordé tu signo.
Gracias a este estuve un tiempo creyendo que sabía algo de tu nueva vida.
Pero no.
Así que, mientras tanto, te sigo esperando.
O quizás no.


Quizás me aburra de esperar y buscar 
y me vaya yo también. 
Y si eso pasa ,te aseguro,
 nunca jamás nos encontraremos.

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