Quise poner
tierra de
por medio,
me di
cuenta
de que ya
había océanos.
(Teresa Mateo - Doce veces un año)
No me había dado cuenta.
Tonta de mí.
Tantos
meses después, cuando decido olvidarme de ti.
Cuando
decido poner tierra de por medio me doy cuenta de que ya nos separan universos;
que de tu vida a la mía es como de llegar desde Saturno a la Tierra.
Estamos a
años luz.
Que duele, sí, duele.
Porque así de lejos te has ido tú solo.
Me seco las
heridas.
Me curo las lágrimas.
Perdono a mi inocencia.
Rectifico
ante mi corazón.
Y me perdono antes de
buscar ayuda.
El juicio
está acabando y estás en búsqueda y captura para ser decapitado en mi vida.
Porque
estás a punto de salir culpable y entrar en la prisión de mis odios.
Has sido un
corrupto, te llevaste todo mi corazón a un paraíso fiscal y has pasado de vivir
en palacio a ser un buscado por la justicia de mi vida.
Aun así,
aun siendo víctima.
Si por mi
fuera, y no tuviera una abogada de defensa tremenda como es mi mente, yo
perdonaría todo.
Perdonaría todo si volvieras con una sola
flor, no pido un ramo.
Con los ojos rebosantes de tristeza.
Con el corazón encogido porque me extrañas.
Si hicieras
el camino de vuelta a mi casa.
Si recorrieras campos, ríos, bosques,
ciudades,
océanos, continentes, planetas, universos.
Todo por
volver a mi lado.
Todo por ser nosotros de nuevo.
Te
perdonaría.
Pero mi abogada, que es excelente, no me
deja.
Te
declaro culpable.