martes, 19 de mayo de 2015

Sueños

Dormir.

No hay nada mejor que dormir a pierna suelta y soñar con cosas entrañables y buenos momentos ya pasados para tener un buen despertar y afrontar el día de buena gana y con una sonrisa, ¿verdad? 

También puedes hacer frente bien a un día sin recordar lo que has soñado, eso no altera tus biorritmos, a nadie le preocupa no acordarse de un sueño al despertar, de hecho, hay quien piensa que no ha soñado sin saber que se sueña siempre, aunque no puedas recordarlo.

Lo malo es tener un mal sueño, soñar algo desagradable, soñar algo que no se puede cumplir o con personas que, vivas o no, ya no están en tu vida. Ese es el peor despertar. Despiertas y sabes que no es posible y te duele que no pueda ser así. Te angustia que tu subconsciente cree cosas así. Incluso piensas que es con el único propósito de hacerte pasar una mala noche. Pero no es así, tu subsconsciente, por desgracia, no tiene vida propia.

Tu pobre mente lo unico que hace es crearte sueños en los que eres feliz. Se recrea en las personas que echas en falta para que así las tengas más cerca. Te devuelve a personas que ya no son más que recuerdo, para una noche, para un rato, aunque el resto del día, si recuerdas qué has soñado, maldigas a tu memoria, a las personas y a tu mente.

Pero, realmente, no es más que una ayuda para que tus recuerdos sigan vivos.

miércoles, 13 de mayo de 2015

El tiempo pasa para todos

Y lo notas.

Notas que el jodido tiempo no para de pasar.
Notas que, cada vez, va más rápido, haciendo que llegues a sentirte confuso incluso.
Notas que cada vez el año se esfuma más rápido y que tu no quieres crecer tan rápido, porque te da miedo la velocidad.
Pero te calmas, al menos un poco, al notar que pasa para todos igual de rápido.
Y que todos están confusos, como tú.
Te desconsuela no haber hecho cosas en su día, porque acabas de darte cuenta de que ya jamás podrás hacerlo; que no puedes enmendarlo; que ya no tienes marcha atrás; que ya es tarde para cambiar las cosas.
Me hace particular gracia la gente que habla de "recuperar" el tiempo perdido.
Cuando eso es perder el tiempo de ahora tratando de hacer cosas que en su día no hiciste, y si no las hiciste pregúntate el por qué.

-No, el tiempo no puedes recuperarlo, idiota, a lo sumo puedes gastarlo en algo un poco más útil o que merezca más la pena-.

Qué ilusos.

El tiempo vuela y no tiene miramientos (por nada ni nadie, NUNCA).
Pero es normal, el tiempo, es un invento humano, perfecto no podía ser.Por ello es totalmente imperfecto y hace lo que le da la gana, SIEMPRE.

Lo peor es que te da por pensar...
Y piensas.

Entonces te das cuenta y te da pena la gente que te importaba y que decidió marcharse de tu vida, te apena el hecho de que se están perdiendo algo realmente bueno, años muy buenos, mejores que los que vivieron contigo.

Pero...
      Aunque me pierdan de vista yo les voy a seguir mirando....
         Aunque no mucho tiempo...
                              porque seguro que encuentro cosas mejores que hacer.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Ilusión


Ilusión es un nombre abstracto, lo que significa que es difícil de expresarlo, es difícil decir qué es. 

Pero no es lo que trato de hacer, desengáñate, no quiero enseñarte que es la ilusión, al menos no ahora. 

Hay un dicho que dice “de ilusiones se vive” y es cierto.

La gente lo suele malinterpretar pensando que es imposible vivir de ilusiones, alimentarse de ellas, refugiarse en ellas, etc. 



Tontos, os equivocáis.

De ilusiones puedes vivir, pero vivir feliz; vivir fuerte; vivir en armonía; y, sobre todo, vivir en paz contigo mismo.
Me refiero a ilusiones no solo tuyas sino ajenas también. 
La vida me enseñó, hace tiempo, a fortalecerme haciendo feliz a quien sea, a quien estuviese en mi mano.
No hay regalo más grande que la ilusión de los peques, mis peques, el día de Reyes, la ilusión en sus caritas es un sentimiento que la mayoría de personas conoce alguna vez en su vida, ya que todos hemos sido pequeños, todos hemos sentido esa ilusión por los Reyes Magos, nuestro cumpleaños, o lo que fuese.
Pero nadie ha visto las caras de ilusión que he provocado yo, y nadie sabe la cura que me hacen a mi estas, ni tampoco, lo feliz que me hace hacerlo.
Regalar y sorprender son mis asignaturas favoritas en la vida, aunque la gente, normalmente, las suspende.

 Esto ocurre porque ignoran lo beneficioso que es. 

Ignoran el sentimiento que aflora en uno mismo conseguir sacar una cara de emoción a alguien que le importa.
Ignoran que la felicidad de verdad se encuentran en esos momentos, en los que sorprendes a alguien con el más mínimo detalle.
Ignoran lo bonito que es hacer sonreír a alguien que te quiere.
Ignoran que hay cosas que te hacen mejor por dentro y que no cuesta nada hacerlas.

Pero, querido lector, te recomiendo que pruebes a dar, sin esperar recibir, 
y con la ilusión que recibes a cambio te des por satisfecho, 
porque eso no tiene precio. 

miércoles, 29 de abril de 2015

Cuando la magia acabe, o se acabe (algún día...)

Algún día se me acabarán las palabras. 


Puede que en cualquier momento se me acabe la magia de enzarzar palabras de esta manera, sin darme ni cuenta, sin percatarme siquiera de que escribo; de esta manera inconsciente que me lleva a rellenar hojas, cuadernos enteros o cualquier cosa donde se pueda escribir. 

Puede que, algún día, pare todo esto que no controlo, este demonio que me hacen soltar palabras sin más, sin ni siquiera pensarlo. Ese demonio al que le debo un número incalculable de palabras, el mismo al que le debo esas madrugadas en las que me ha obligado a despertar para escribir, cuando amenazaba con robarme toda la noche de sueño.

Algún día dejaré de preocuparme por todo y empezaré a preocuparme más por mí.

Puede que en algún momento me canse de darme al resto y me dedique a mi por completo, al 200 por ciento. Tanto tanto que puedan llamarme egoísta -con razón- y no me importe para nada en absoluto. Y que, aunque me llamen así, me gustara serlo.

Seguramente me esperan aún muchos cambios. 

Seguramente me queda mucho aún por vivir.

Seguramente me queda mucho aún por experimentar.


Pero no quiero cambiar nada, no quiero que nunca se me acabe la magia de las palabras -de hecho, me aterra que suceda-; como quiero que jamás se me acabe la pasión por hacer feliz a todos, la afición de crear sonrisas y ese amor incondicional a ayudar a que todo mi entorno sea un poquito más feliz cada día. De otra manera yo no sería feliz, no sabría ni vivir, ni sobrevivir.


Por ello, temo el día que la magia acabe, o se acabe.

miércoles, 15 de abril de 2015

Indefensa


Todo el mundo, alguna que otra vez, se ha sentido indefenso.


Tú también te habrás sentido mal, impotente incluso, al no poder hacer nada ante cierta situación.

La sensación de estar indefenso es horrible.

Te sientes cual ñu al ver un león acercarse a una velocidad asombrosa, tratando de huir para evitar ser cazado,
aun sabiendo que no va a poder evitar que le devore.
Creo que es un buen símil ese.

La situación no tiene por qué ser física, de hecho, hay más veces en las que te sientes acorralado psicológica o moralmente que en las que te sientes indefenso físicamente.

Ante esto, ante este sentimiento, hay que buscar una solución.

Si te sientes indefenso significa que no confías en ti tanto como para creer que vas a salir de ese embrollo. 

Fácil.
Soluciónalo.

¿Crees que es tan difícil?

Huir es más difícil, y créeme, sólo con amor propio se soluciona.

Créeme si te digo que el único truco para vencer esa sensación es mostrar confianza, olvidar la debilidad, echar valor a todo y música, mucha música, para que te abra la mente, y para que las notas musicales te suban la alegría desde los pies hasta la cabeza, para que invadan tus pensamientos y los haga más positivos.

Esta vez, la verdadera solución no la puedo dar yo, lo siento.

Cada uno sabe cómo curarse los resquicios que quedan tras la guerra o, al menos, debe saber hacerlo.
Cada uno debe aprender a conocerse tanto a sí mismo para saber cómo afrontar esta sensación, para darse fuerza uno mismo.
Pero, si me permites, te puedo dar un consejo...

Quiérete, a ti mismo, sobre todas las cosas, más que a nadie en el mundo,

sólo así serás lo suficientemente fuerte como para lograr salir de todo.

miércoles, 8 de abril de 2015

Inquietudes

Inquietud.Es una palabra muy apegada a mi persona, ¿por qué?

Para empezar debo aclarar que soy inquieta, de apariencia tranquila, sí, pero muy inquieta. Nunca paro. ¿Qué le vamos a hacer? Si soy nerviosa e inquieta no es mi culpa, nací tal que así.
(Respira)

Vamos a desentrañar un poco más este concepto.

Digamos que tengo muchas inquietudes y aspiraciones en la vida, como el hecho de que esté dedicándome a estudiar idiomas, por el simple motivo de que quiero hablar, y con el mayor número de personas posibles, y quiero ayudar a la gente a comunicarse, porque me gratificaría mucho, o, al menos, eso creo.

Ayudar, esa palabra si que es una de mis inquietudes. Una vez leí que debes encontrar tu objetivo y seguirlo y ese es el mío: ayudar, incondicionalmente.
No ayudo o trato de ayudar por cotillear, ni nada por el estilo, lo hago porque me sienta bien, me aporta mucho saber que alguien está bien gracias a mi ayuda.
Ayudar me ayuda.

Me ayuda a sacar la mejor Fátima que hay en este metro setenta y cinco, saca la fuerza y el coraje necesarios para afrontar cualquier contratiempo, problema o revés del destino.

Ayudo de corazón e incondicionalmente a todo aquel que me pide que le tienda la mano. Jamás importa el momento, ni quien sea, todos tenemos derecho a tener un apoyo, una mano amiga. No olvides que el malo tiene su parte de bueno.

Y es que ayudar me ayuda a ser feliz, porque está claro que si ayudo hago feliz a alguien y ese es el sentimiento más bueno que se puede experimentar. 
Porque ...
¿a quién no le gusta ver una sonrisa?
¿a quién no le gusta estar rodeado de felicidad?
¿quién no disfruta más de un ambiente bueno?

Si no lo ves de esta manera, no te aconsejo leerme.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Y ya no te afecta

Te has curado del daño.


Te has curado las últimas heridas que te provocaron y te provocaste tú no dejándolas sanar bien e infectando tus heridas, al hurgar en ellas por ti mismo. Pero ya estás sano, sí, al 100%.

Te das cuenta de que ya estás bien porque ahora sonríes de verdad, quiero decir, ahora estás realmente contento. Sonríes porque eres feliz y no para que crean que lo estás. Sonríes porque tienes motivos para hacerlo, porque ahora sí te apetece.

Ya los recuerdos no te hacen daño, ya no te sientes tan idiota al pensar que diste todo de ti y que te quedaste sin nada porque ahora vuelves a tener toda la recarga, vuelves a estar completa, hasta el más pequeño ápice.

Ahora, las fotos, no te hacen querer volver al momento o querer llorar, no, ahora te sacan una sonrisa y frases como: “fue un día precioso" o “qué buenos momentos" o "eso fue de diez".

Ya no te entristece nada que provenga de ello porque te has dado cuenta de que no lo necesitas, de hecho, no necesitas nada, eres feliz por ti, te has reconstruido, como siempre has hecho, pero esta vez, lo has hecho bien.

Te has vuelto a construir, y te has hecho grande y fuerte, tan fuerte que difícilmente puedan volverte a romper una de las murallas de tu fortaleza. De un material que aún no han inventado, un material a prueba de balas, de puñales, y de palabras, entre otras bombas. Más resistente que un búnker, grande y fuerte como tú solo. Y es así porque te has reconstruido tú, independiente, sin nada más que tu esfuerzo, sin nada más que tú, sin basarte en nada que no fueras tú.
Así, ahora, tu felicidad es plena, y lo es porque no se la piensas dar a nadie.

No, esta vez no, esta vez te la vas a quedar para ti, en exclusiva.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Como la vida misma


Te das cuenta de que la vida es realmente maravillosa.


Al fin, ves el sol tras la tormenta. Como dice la canción: “Qué bonita la vida", y qué gran verdad que es, pues la vida es preciosa.
Te das cuenta de esto con las buenas noticias; en los buenos momentos... y no nos damos cuenta de que los malos son estrictamente necesarios para que realmente disfrutemos los buenos. Y, de esta manera, nos maravillemos ante tan preciosas causas que nos provocan una subida de alegría y energía tales que podrías incluso volar, de hecho, notas como si flotases entre nubes,  como si fueras un ser etéreo, como si levitases...


Y notas lo bien que te sienta la felicidad y ves cuan necesaria ha sido la tristeza para que ahora valores esto; para que valores las cosas buenas y sonrías, con buen motivo, y no para esconder la tristeza. Así como lo haces cuando algo te atormenta o te ha quitado la felicidad de golpe, así, porque sí.
Llámalo Dios, kharma, destino, energía... o como quieras, pero yo lo llamo VIDA, y la vida ahora vuelve a sonreír. 


O, mejor dicho, a sonreírme.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Bienestar

Y sí, es cierto: estás bien, notas que ha pasado la tormenta y que empieza tu calma.
A lo lejos divisas un precioso arcoíris, y es solo para ti. 
Empieza a salir el sol que estaba tras las nubes, producto de tu confusión y de tu tristeza, para dejarte ver las cosas con luz y color, de manera clara. 

Ahí descubres que tu invierno de tristeza ha acabado y que empieza tu hermosa primavera. Una primavera florida de gente que te suma, que te llena, que llega de manera improvisada para quedarse. Una primavera en la que no estás dispuesta a estropear, ni una sola flor, y menos aún, un rayo de sol.

Sabes que vas a disfrutar esta primavera, esta pequeña tregua que te planteas a ti mismo. Lo sabes porque es lo que llevabas esperando un tiempo conseguir, de hecho, anhelabas conseguirlo.
¿Y lo mejor de todo? Lo mejor de todo es que ahora, tu felicidad está en tu mano, y no se la vas a dar a nadie. 
Ahora, al fin, has comprendido que solo tú puedes manejarla y que solo tú puedes hacer que continúe en tus manos.

martes, 3 de marzo de 2015

Vuelves a caer en lo mismo, una vez más

Eres débil, sólo eres un ser humano, y como tal, eres débil. 


Por ello, recaes en lo mismo reiteradamente.


Recaes en volver a intentar solucionar algo sin solución posible, en intentar volar sin alas; en intentar comerte el mundo, sin darte cuenta de que olvidas que se te queda demasiado grande y que no es posible; en intentar no pensar en cosas, que realmente son inevitables y dolorosas...

Recaes... volviendo a herirte tú mismo.

Vuelves a hacerte daño esperando una respuesta que no va a llegar, pidiéndole tiempo al propio tiempo, a sabiendas de que no te lo va a dar.
Te hieres y te duele, más que si te hubieses abierto una herida en la piel; más que cualquier dolor físico, puesto que los sentimientos te destrozan el alma, y para esta no hay cura válida, ya que para el alma no existen medicamentos, ni tiritas.
Los malditos demonios que guardas se desatan y ya sólo puedes doblegarte, ya el único camino que queda es la rendición, y una vez estos se cansen de torturarte, volver a encerrarlos bajo llave, pero como ya he dicho, salen cuando quieren. De hecho, cuando menos esperas, salen de nuevo, para volver a hacerte sufrir.

¿Se lo vas a permitir?

miércoles, 25 de febrero de 2015

It's better if you don't understand

Te das cuenta de que es así:
que es mejor si no entiendes;
si no sabes las cosas;
si no sabes el motivo del fin...
Si lo piensas fríamente: si es mejor.
Es mejor porque tú sabes que no es tu culpa; que tú no tienes nada de que arrepentirte, porque has dado todo lo que podías; que tú no has hecho nada malo, sino todo lo contrario; realmente, vives más tranquilo así, sin saberlo
Al principio no lo asimilas e incluso te castigas por ello, pero al final, ves que así es mejor, que la vida te ha cambiado y no es totalmente malo, de hecho, no es malo en absoluto.
Si lo analizas bien la -supuestaresta- resta se convierte en suma y estás deseando seguir sumando; que habiendo perdido, ganas; que nadie muere por nadie y que realmente sigues viviendo y que consigues estar bien, o incluso mejor que antes -independientemente de que te falte una persona- porque tienes más que antes.
Y, sobre todo, porque así tenía que pasar, de lo contrario, nada habría cambiado.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Mi punto y aparte

Ahora llega mi punto y aparte, mi punto y seguido.


Hay un momento en el que hay que decidir, que hay que acabar las cosas.
Llega un momento en el que hay poner un punto y aparte a algo.
Un punto y aparte que no es más que un punto y seguido en tu vida. 
Llega un momento en el que hay que asimilar las cosas, hay que seguir adelante.
Una piedra en el camino encontrarás más de una vez, pero no por ello te vas a quedar estancado ahí. Debes esquivar cuantas puedas, claro está, pero si tropiezas con ella, no tienes más remedio que levantar.

¿Qué la vida es muy puta?

Pues si, pero a más puta sea la vida más coraje le debes echar, más ánimos, más ganas, más entrega.
Tu vida la vives tú y nadie más, si no aprendes a poner un punto a los temas que te hacen daño, cada vez sufrirás más. Si no aprendes a seguir adelante te estancas, y si te estancas no encontrarás la felicidad.


Así que punto y aparte, y a otra cosa.
Y si así no es suficiente, cambia de página.

martes, 10 de febrero de 2015

Hipersensible

Con un millón de cicatrices, hipersensible...

Estás mejorando y es obvio que estás mejor.
Pero por culpa de una gran bajada te has quedado hipersensible y no estás acostumbrado a ello. En absoluto.
De hecho, todo te afecta más de lo normal: cualquier tontería te quita la sonrisa, cualquier mosqueo te inquieta, cualquier silencio te destruye por dentro, etc. 

En definitiva,no te controlas, no controlas tus emociones,y pierdes el control. 

Estallas.

Y, para cuando te das cuenta de que has perdido el control, es tarde, porque ya has perdido la razón haciendo una tontería, diciendo algo incoherente o simplemente quedando como la completa gilipollas en la que conviertes cuando estallas.
Y te sientes tonto, no sabes cómo has llegado a ese punto porque no te reconoces a ti mismo porque estás irreconocible, estás tan sensible que no te encuentras sentido y, por ello, no encuentras sentido a nada...
Pero, a pesar de todo, sabes que sólo es un tránsito y que lo vas a superar, poco a poco.
Así que te aconsejo que cero estrés, date tiempo, tranquilo, pronto estarás bien, sólo necesitas una cura para sanar tus sentimientos, y esa cura va paulatinamente.
Las heridas internas sanan de dentro a fuera y es un proceso muy lento pero, con paciencia y mimo, las heridas cierran bien. 

Mímate y cuídate bien y sanarás pronto. 

Sólo tienes que confiar en ti, no lo olvides.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Mal ángel

¿Quién nos iba a decir esto, querido ángel? 

Al menos a mi nadie...

Nadie me advirtió de las consecuencias que dejaba perderte.
Nadie me contó lo malo que sería ver como te esfumabas de mi día a día, sin previo aviso, sin una sola explicación. 
Pero, mi ángel, tampoco me avisaron de que, después de ti, odiaría con todas mis fuerzas todos y cada uno de los lugares en los que estuvimos.
Bien es cierto, que nunca imaginé que en los lugares en los que lo pasábamos tan bien; en los que pasábamos nuestro tiempo juntos; en los que te vi feliz o no tan feliz, donde mientras estuviéramos los dos no hacía falta más nadie porque con nosotros bastaba, llegasen a resultarme tan odiosos desde que partiste.
Ya no puedo pasar cerca de tu casa porque algo me mata de dolor, por dentro, y me pide que llame hasta tirar tu puerta para encontrarte de frente, una vez más, sólo una.
Porque, a decir verdad, ángel mío, siempre creí que yo era cobarde y tú valiente, pero los valientes no se van sin motivo alguno y tampoco se van sin avisar y se enfrentan a explicar que pasa. 

Y eso tú, mi ángel, tú no lo hiciste.

La gracia es que pensarte también duele ángel mío, ¿cómo no iba a doler? 

Si te confíe mi vida, si te creía mi suerte... y te lo llevaste todo contigo, ángel, me dejaste sin nada.
Y como puedo ver, nadie me dijo nada de nada, por ello, tampoco me enseñaron a olvidarme de ti.
Pero tranquilo ángel mío, estoy aprendiendo y aprendo rápido, y nunca fui tan tonta, como para no apresurarme en esto. 
Quizás alguien pronto llegue y me ayude a salir del pozo en el que caí cuando te buscaba tras tu marcha, porque antes te llamaba a ti, en señal de socorro, pero gasté tu nombre y nunca viniste, ángel, y ahora sólo pido ayuda y sé que pronto alguien vendrá a sacarme de aquí, lo noto.
Pero de todo esto me quedo con tus últimas pocas palabras, cuando confesaste que tampoco estabas bien sin mi, y me quedo, también, con tu cobardía,esa que te llevó a no darme ninguna explicación, porque como te he dicho antes, lo demás te lo llevaste todo. 


Todo, menos a mí.

sábado, 31 de enero de 2015

Llega un momento

‹‹Dios aprieta, pero no ahoga››, y cuán cierto que es...
No te estoy diciendo que te hagas religioso, no va por ahí el tema, presta atención.
Llega un momento en la vida en el que lo has pasado mal, que has estado triste, abatido, destrozado...
Puede incluso que hayas perdido la confianza en las personas, hasta en la que no conoces, porque gente que creías conocer te han fallado, de manera desorbitada, y ahora no crees ni en ti.
Lo cierto es que la vida es como una niña caprichosa que juega a poner y a quitar gente en tu camino...
Y lo que creías que era una pérdida, resulta que, si lo comparas con lo nuevo, es una ganancia. Te das cuenta de que hay gente que vale realmente la pena, mucho más que la gente que se ha ido de tu vida, al igual que te das cuenta de que quieres más a los de siempre, los que siempre han estado ahí; ‹‹porque los de siempre nunca fallan››
Pero los nuevos, no todos, pero sí los que merecen la pena, intentan quererte y que les quieras, te quieren hacer ver que no te van a fallar, cultivan tu cariño para recogerlo, hacen lo imposible por una sonrisa tuya, y demás. 
Pero al fin y al cabo, en ese momento, en ese instante en el que te das cuenta de todo esto, es cuando dejas de estar mal, acaba tu descenso y empieza tu subida a la montaña rusa. 
Pero tu pregunta es: 
¿Cuánto voy a durar subiendo? 

Pero debes saber que a eso no puedes responder. 
Yo a eso no puedo darte respuesta 
Resulta que para eso no hay más respuesta que vivir y ver hasta donde llegas esta vez.

martes, 20 de enero de 2015

Esa gran mentira que dice: "Quien bien te quiere, bien te hará llorar"

¿Sabes que pasa? 

Que llega un momento en el que te das cuenta de que te equivocas, sí te equivocas, todos lo hacemos, no te ofusques conmigo.

Te equivocas porque estás sufriendo por alguien que no merece la pena. 
No te ofendas. 
Déjame explicarme, ¿vale?
Veamos, quien realmente merece la pena y por quien sí que está justificado sufrir son esos que siempre han estado ahí, tu familia y amigos, muy íntimos (hoy día hay quien llama amigo hasta al aire), pero estas personas valen tanto que no te van a hacer daño.
No van a causarte sufrimiento, por lo que si alguien te lo causa, creeme no merece ni medio segundo más, ni un intento de pensamiento, en serio.
Yo sé de sobra que eso no lo puede uno controlar al 100%.
Es imposible, no puedes elegir no sufrir por alguien, desgraciadamente, pero si puedes elegir darte cuenta que es solo una pérdida de tiempo, que vales mucho y que hay mucha gente que te quiere y adora verte sonreír, porque todas las sonrisas son preciosas y la tuya no va a ser menos.
No les niegues verte sonreír, por favor, anímate y trata de no sufrir innecesariamente, vales más que eso, más que esos que te han hecho sufrir, sal adelante.
Así que píntate una de tus mejores sonrisas y verás que así, con una sonrisa, todo mejora.
Y creeme, si te lo propones el mundo es sólo tuyo.

miércoles, 14 de enero de 2015

Para ahí, sólo un momento

Tú, sí te digo a ti, no mires atrás que no hay nadie más, te hablo ti, a quien está leyendo esto, que sí que es a ti, bueno a ti y a todo el que lo lea, párate un momento, no te voy a quitar mucho rato, sólo te voy a hacer reflexionar un poco.

Verás, hay momentos en la vida que son un declive: 
una bajada en picado desde la cima más alta de la montaña, 
a mí me gusta decir que la vida es una especie de montaña rusa.  

Me explico: 

estás bien - estás mejor - eres feliz - estás muy feliz - felicidad inmensa 

y, de repente, empieza

a funcionar algo mal - estás raro - estás confuso (porque no entiendes qué pasa) - melancolía - tristeza - tristeza grande

y cuando llegas al fondo llega un momento en el que vuelve a suceder.

Vuelve a aparecer algo que consigue hacer que empieces a estar bien y, entonces vuelves a subir, lo malo es que al subir, llega un momento en el que vuelves a bajar.
¿Qué quiero decir con esto?

Sólo trato de explicar el por qué esas rachas malas y buenas, nadie se queja cuando son buenas, pero si nos quejamos por las malas, es obvio.
La vida tiene dos lados y, por ello, hay felicidad y tristeza, alegría y sufrimiento. 

Por desgracia, no podemos ser siempre felices, la vida no tendría sentido y no valoraríamos, no sabríamos lo gratificante que es esa vuelta al bienestar después de una bajada de la montaña rusa que es esta vida.

Pero, como en toda montaña rusa, hay subidas y bajadas, más grandes o más pequeñas, y eso depende un poco de tu fuerza y de tu capacidad de salir adelante.

Realmente lo que quiero transmitir es que en las malas no olvides que las hubo buenas y que llegarán mejores después, y no olvides que tú puedes tomar el mando de tu montaña rusa para subir todo lo que puedas y bajar lo menos posible.
Esa es la verdadera clave.

viernes, 9 de enero de 2015

Instantes, a solas

Cada día se tienen un par de minutos, horas, tal vez, en los que sólo estás tú.

Quizás estás rodeado de gente, 
gente que no conoces, 
por tanto estás tan solo como si no hubiera nadie cerca 
y te sientes tú, al 100%, 
la parte original de ti.

Te pones música para ahuyentar cualquier pensamiento dañino, 
esos demonios que todos tenemos dentro. 

Echando una ojeada a tu alrededor notas que nada de lo que te rodea te importa
y que tú no les importas a ellos.

Ves sus miradas perdidas en algún sitio que no es ahí.

De repente ves tu reflejo y ves que no te diferencias en nada a ellos.

En ese instante, notas que tú también pareces fuera de lugar. 

Ahí es cuando notas y sientes tu verdadero yo. 

Ahí, cuando te miras fijamente, de frente, a ti mismo, 
dándote cuenta de que te has evadido de la vida real, 
que no estás ni física ni psíquicamente en el mismo sitio.

Ahí es cuando te sientes tú. Y te gusta sentirte así. ¿A quién no?

martes, 6 de enero de 2015

La procesión se lleva por dentro

Lo malo de llevar siempre la procesión por dentro, es que llega un momento en el que no puedes estar solo.
No puedes, porque cuando lo estás tus demonios te devoran.
Tus demonios salen de donde los tienes escondidos. 
Salen para comerte poco a poco, para torturarte una vez más, entonces...
Entonces no te queda más remedio que tratar de ser fuerte, intentar volver a agarrarlos, tratar de pararlos, pero ya no puedes.
No puedes porque ya eres débil y ellos no están dispuestos a darte una tregua y entonces te das cuenta.
Sí, te das cuenta de que tus demonios son solo culpa tuya, que los tienes dentro porque te empeñaste en encerrarlos para dejar pasar el asunto o para olvidar algo, sin percatarte de que así sólo conseguías ir aumentando tu dolor.
Un dolor realmente desgarrador, un dolor inevitable, un dolor que cada vez soportas menos.
Pero ya no tiene solución, tú elegiste tener dentro esos demonios, por lo que fuese: por evitar un conflicto, por evitar lágrimas. Llevándote la peor parte, para variar.
Pero no todo es tan oscuro, y aunque estés débil aún los puedes combatir, claro que puedes, rodeándote de sonrisas, de cariño, de amor, de momentos bonitos, de las cosas buenas que te suceden, guardando todo esto junto a los demonios los mantienes callados.
Pero mi intención tampoco es engañarte, los demonios, son lo que son y salen por mucho que lo intentes mantener callados y quietos, llega un momento en que se aburren y salen.
Y cuando salen, no puedes hacer nada.
Cuando salen es demasiado tarde.