Nunca dejaste que te demostrara que yo podía darte los mejores despertares.
No me diste esa pequeña oportunidad de hacerte sentir la persona más especial del universo entero día a día.
Y te lo escribo sabiendo que jamás lo vas a leer, con mi pecho lleno de pena.
Pero te juro que no habría una mañana igual a la anterior, me pasaría la vida pensando cómo hacer que cada día vieras lo que eres para mí... El ser más maravilloso del mundo.
Te prometo que habrían mañanas de besos y mañanas de gymkana, y los días en los que tuviera más tiempo incluso tours por la ciudad, con el fin de redescubrirte y recordarte todas las esquinas en los que nos hemos robado un beso.
Habrían mañanas en las que al despertar una nota te diría dónde te espero para que desayunemos y otras en las que te despertaría el olor a café cuando entre en el cuarto con tu taza.
Habrían mañanas tan maravillosas que nunca notarias si es lunes o viernes.
Habrían mañanas de todo tipo, amor, cada día una nueva aventura. Cada mañana un nuevo sol iluminando nuestros rasgos fundiéndose.
Si decides volver...
Si decides que te mere(-ce/-zco) la pena y lees esto en algún momento...
Vuelve y verás qué ocurre cuando se unen la magia y el amor.